11 ene 2011

Forastero / La leyenda de Bala Plateada Jhon






-Debes escoger un nombre…saldré y tu animal tótem te visitará.

Los vapores del ungüento ascienden desde el pecho a las fosas nasales. Las telas de la tienda se tornan simples visillos por los que se transparentan  las montañas , la luna está en todo lo alto ahora. Entonces el  calor le llega , le consume como una tea , las paredes de lona desaparecen y Jhon vuela... asciende hasta el cielo estrellado.

Treinta dólares españoles niquelados de gris ocupan un hueco importante en un zurrón antes vacío, su peso es proporcional al numero de almas a salvar y la distancia una interminable paradoja; un rumor al paso del jinete en cada comarca, hueles a muerto Jhon. Toda esta matemática obnubila la testa del Plata mientras Thorpe, el caballo, inca las pezuñas en las dunas. Los pueblos quedan atrás envueltos en brumas de calor y la arena forma vórtices en forma de tubo cuando los vientos de la noche arrecian, olas de polvo atravesadas por la parca montada en un diablo negro.

Cuentan que Bala Plateada no es de este mundo , que bajo el Sttenson negro se esconde la Santa Muerte ; justiciera , tabuladora de vidas. No es menos cierto que un colgante de la misma Santa cuelga de su cuello pero El Plata es tan hombre como cualquiera y no un espectro , gana un jornal como otros lo hicieron antes dedicados al arte matar .A veces la causa es injusta , un tarea engorrosa para las conciencias pacatas , otras simplemente el resultado de treinta dólares españoles de color gris.
Compromiso está muerto. El reloj marca las doce sobre la cabeza de enterrador Mike que suda sin remisión , con el provecho de su calva saca brillo al destartalado Bombin inglés .

-¿Nadie para contemplar el espectáculo?.- pregunta el pistolero. Thorpe, el caballo, relincha y el eco de su garganta retumba en el interior de la iglesia, vacía y abierta como los corazones de sus parroquianos.
-No veras ni uno solo de tus clientes Plata , tienen miedo de ti y de él .
-¿ Y tú viejo no temes?

La risa de Mike es cadavérica, su aliento huele a güisqui barato con regusto a bálsamo de entiesar cadáveres.

-Estoy cagado de miedo, pero el negocio es el negocio, soy viejo, miserable y avaro, por ese orden, podría ser sodomita pero ni mi dios ni mi trasero de momia me lo permiten. Arrancaría esos treinta dólares españoles el mismísimo Satanás si hiciera falta, espero que acabes con él pero si no es así tengo que costear tu entierro Jhon.

-¿Donde puedo beber?.

El sitio no es malo , una escuela , una estafeta , no cuesta imaginar los fantasmas de Compromiso abarrotando las calles en sus quehaceres. Arrastrando sus vidas de buenos cristianos , criando sus cachorros , rezando en la iglesia los domingos hasta que un asesino , sin motivo aparente , arranca vidas de cuajo. Entonces el mal anida en sus cuerpos y deciden contratar a otro verdugo que mate por ellos.

La estación del ferrocarril está a medio construir y las paralelas se pierden entre la arena camino del infierno, los aperos de trabajo están esparcidos por el suelo, algunos sombreros chinos revolotean de un lado a otro como si sus dueños hubieran abandonado el tajo a toda velocidad. Thorpe , el caballo , esquiva los mazos , las palas y picos y lleva a su amo directo al saloon.
-¿Cual es tu nombre?- interroga el chamán.
El joven Jhon despierta, le cuesta abrir los parpados y situarse de nuevo en el interior de la tienda, el viejo le mira con rictus impenetrable. Jhon elije y se lo comunica al viejo, este parece complacido con la elección.
- Pájaro de fuego es buen Tótem Jhon, espero que sepa guiarte.
- ¿Quién es el rival sabio?, ¿Quién es mi enemigo? Sueño con el cada noche, me arrebata la vida, me sigue más allá del infierno.
 - Ahora sabes, algunas cosas cambiaran otras no, estas vinculado a la muerte más que otros y eso marcará tu destino.
La bebida le llena el gaznate cuando el martilleo de las espuelas antes y el batir de puertas después le avisan.

- Mejor fuera – el Bala no devuelve la mirada, de espaldas escucha el tintineo de las pinchos alejarse, las pisadas lentas en la arena. Las chicharras cantan. La presencia de los de aquí se percibe tras las puertas, se intuye el miedo ,  se podría ver, ocre como el orín, pardusco como la tierra reseca que ahora pisa. Ese sonido...esas chicharras...

Por primera vez en un duelo Jhon vomita salvajemente, es un vomito a bocajarro que ensucia sus botas, rápidamente se recompone, se limpia la boca con la manga y maldice a los pueblerinos que le contrataron por mil veces. Encara al enemigo, es alto, el rostro oculto por un pañuelo, zafiros verdes de ciénaga pantanosa son sus ojos.

-Llegará un día Pájaro de Fuego  , en que sin duda tu tiempo bailará en el filo del cuchillo , temblaras de arriba a bajo , llamaras a tu madre como un niño pequeño , serás un grano de polvo en el desierto , y deberás ser fuerte Jhon,  mas fuerte de lo que nunca llegarás a imaginar.
-Dímelo brujo, dímelo – implora el joven - ¿Quién es el rival?

El proyectil le roza la cara, Forastero ha desenfundado tan expeditivo como un rayo, no lo vio.
- Es imposible, ¡IMPOSIBLE!...nadie desenfunda tan rápido- grita Jhon, y su voz se pierde entre el laberinto de casas de madera buscando un oído donde colarse.


Una segunda bala le roza la pierna derecha, está jugando con el, podría haberlo matado hace tiempo. El ruido de las chicharras acompaña cada paso del enemigo, acompasando su ritmo, en sintonía. Bala Plateada pierde la verticalidad de forma ridícula, marioneta a la que cortan las cuerdas, mientras cae de forma lenta y gradual contempla los rostros borrosos , algunos paisanos se dejan ver desde las ventanas , caras pálidas de esperanza perdida.
Los pasos del Forastero resuenan cerca de su cara, viene a rematar la faena, en pocos segundos se materializa junto a el. Se permite el lujo de esperar. Jhon lo agarra del pañuelo y tira, se descubren apéndices de insecto, garfios afilados de mantis en su boca, cuchillas quitinosas que babean. Parece sonreír y una hilera de incisivos, dientes de animal carnívoro, asoman bajo la oscura cavidad de su boca. La saliva cae en el rostro de Bala Plateada.
... estás vinculado a la muerte más que otros y eso marcará tu destino.

- ¡Ahora! ... ¡Maldito animal! - Jhon grita mientras agarra un puñado de tierra que tira directamente a los ojos del monstruo.

Un truco tan antiguo como el mundo, solo alguien que no es de aquí lo desconocería, mientras se levanta prepara su puño para un golpe en la garganta, este se produce y Forastero parece perder aire, Jhon realiza el disparo de su vida mientras agarra la medalla de la Santa Señora con la otra mano, no la soltara hasta que llegue el último impacto, directo en la frente. Las chicharras callan.

-JDEX, JDEX….HUMIX JADUM ERTSDOM, JADEX…- escapa de la raja en la cara de Forastero.

-Suplica por tu vida engendro – le espeta Bala Plateada.

- JADEXXXXX...uhmmm.

-Suficiente, tu no eres el Rival escoria – y esta última sentencia es condena de muerte. Lamparones esmeraldas de fluido le manchan el rostro , el pie de Jhon termina aplastando la cabeza de Forastero , un crack seco ; carcasa vacía de insecto.

Compromiso se pierde en la distancia. Los pueblerinos no han abierto la boca en todo el tiempo, se limitaron a curar sus heridas y pagar el salario de su trabajo, treinta dólares españoles de color gris.
Thorpe , el caballo, acelera el paso hacia el campamento provisional en las afueras. Atado a la silla de montar, en el otro extremo de la cuerda un cadáver es arrastrado por la arena, el rastro es fácil de seguir; el verde nunca fue el color preferido de Mike el enterrador. El Bala continúa su camino más allá de las dunas.
Cuentan que en lo más profundo del desierto las ánimas guardan una tétrica fila antes de ser juzgadas, en noches de luna el resplandor de las mismas se puede ver a varias millas de distancia, esperan quizás que para ellas se abra, a espaldas de Dios, la puerta de atrás del Paraíso.

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