4 may 2011

El encuentro

Yuch'osinjigok by Seoul Ensemble Of Traditional Music on Grooveshark

El tono rojizo del amanecer presagia extraños acontecimientos. Cuando esto sucede, es decir, cuando las nubes se extienden como yema de huevo y la bola parda del sol se aplana, según los antiguos, la muerte acecha cabalgando en un misterio, invariablemente.

Llegó sin escolta a las escaleras de palacio. Kim lo esperaba, sobrio, encorvado por los años y después de todo imponente en su pequeña estatura, las gafas de montura exageradamente grandes, nacaradas, como las manchas de la vejez en sus sienes.

-Te lo advertí – le recriminó Kim sin esperar comentario alguno del sátrapa que tenía enfrente. Pudiera parecer un santón Hindú, un asceta de más allá de la frontera donde esta clase de hombres santos son refugio de confidencias entre las castas. La barba luenga.

-Estamos viejos Kim y los jóvenes aprietan con fuerza, las mismas de las que carezco.

-Dicen que estás muerto, que arrojaron tu cuerpo al mar. Mil veces te dije que tu refugio sería tu tumba. Ahora vienes, seguro implorando justicia de este que te cuido como un hijo.

Las caras de los ancianos se llenan de rojo, toda la plaza esta teñida de pardo rojizo como la sangre seca de las victimas de ambos, tantas como las pústulas de los soldados comidos por la hambruna hace años.
El aire es tibio, fogoso y húmedo presagiando una lluvia tropical que no limpiara las almas de estos dos que ahora se miran.

-Después serás tú Kim, estoy hablando con un cadáver – comentó el Santón – un día como hoy te mataran, pero estarás vivo para verlo, justificaran la mentira y el pueblo ansioso de carne lo aceptará sin mas. Por que ellos no saben o no quieren saber, por que la verdad no existe, tu verdad Kim, solo la crees tú.

-¡Cállate! – Kim desenfunda la pistola y la encara hacia el santón – maldito bastardo, eres mi hermano y me llamas muerto. Tú estás muerto por que no supiste defender lo tuyo. Perdí el tiempo, ocultándote como un conejo miedoso en vez de actuar, pensé que serias el hijo verdadero que no tuve, mis descendientes no lo merecen y te arrinconas por una mentira. Te mereces la muerte, la de verdad.

-Yo no estoy aquí Kim, ya no existo. Dicen los demonios occidentales que cuando dejas de creer en los dioses o los monstruos, lo mismo és , estos desaparecen ¿Qué tienes tú Kim? Una reserva de osos y toneladas de bambú, ¿tienes petróleo Kim? No tienes nada. Eres un cadáver desde hace más tiempo que yo.

Una vez leí una historia sobre ti , el tiempo en tu refugio se hacia interminable.

-Como sigas hablando te juro que disparo, no me vengas con esas – la pistola tiembla en las manos del generalísimo movidas por el parkinson.

-La encontré en Internet, uno de los pocos lujos que me permitiste, tampoco necesito mucho más. En la historia tu país esta lleno de muertos vivientes y tú eres el único vivo Kim, curioso.

-He leído la historia, es una mierda – Kim monta el arma.

-Ese hombre sabía, fue conciente de lo muerto que estamos.

El disparo suena, y el graznido fantasma de las ocas de palacio, sin eco, ocultan el gemido del santón.

El sol se eleva, sube hasta lo alto y todo brilla como una joya pulida matando el rojo del amanecer. Los motores de los helicópteros resuenan a lo lejos, el fulgor de sus aspas se recorta en el horizonte.

Kim mira hacia arriba y la nube de insectos de metal pasa de largo, le levantan el escaso pelo de la frente, se ajusta las gafas de montura exageradamente grandes. El único vivo, ahora si, en un mundo de muertos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

DUELOS AL SOL, TESTOSTERONA LITERARIA EN UNA HISTORIA BIEN FINALIZADA

Luis Antonio Santana dijo...

Se agradece el comentario , espero que sigas el blog como hasta ahora y aportes lo que creas conveniente.
Saludos!

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